2013, transición entre pasado y futuro

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Hace mucho tiempo que no hago balance escrito del año, y creo que es buen momento. Como le ocurre a Amalio, mi impresión es que 2013 ha sido de transición entre pasado y futuro, una travesía hacia el Norte coincidiendo con un hecho excepcional: después de quince años, decidí abrir una nueva etapa profesional. Algo deseado durante bastante tiempo, pero que se concretó este año. No sin cierto vértigo, más por desconocimiento que por miedo.

En la esfera profesional, estoy razonablemente satisfecho. He trabajado mucho estos últimos seis meses, pero de forma muy diferente. Al principio, algo que pretendía con el cambio era evitar la dispersión y enfocarme en menos proyectos, quizá más grandes, pero con tiempo para construir algo sostenible, y hacer las cosas bien. Y, como explicaba Jason Fried, he tenido la suerte de encontrar dos proyectos: uno importante y otro interesante. Y digo encontrar, porque explorar te lleva casi siempre a territorios desconocidos.

El proyecto importante requiere de toda mi atención, es mi foco permanente. Un reto de desarrollo técnico, que está suponiendo un gran aprendizaje con una empresa industrial como Pihasa, teniendo la suerte de trabajar con un gerente atípico como Daniel Cuñado. La confianza que me ha demostrado desde el primer momento, sin conocerme en persona todavía, aún me tiene ojiplático. Y su planteamiento de proyecto, también: desarrollar un software con cariño, dejando tiempo para pensar y construir algo útil, que perdure y merezca la pena. Esto ha empezado a dar sus frutos, y durante 2014 se hará adulto.
Pero tener este proyecto importante no impide desarrollar otro interesante, más experimental, ése que te ilusiona a futuro. Y ese proyecto es scalabBle_, con una filosofía y un modelo propios, a caballo entre la consultoría y la mentoría (o mentoring, en inglés) a empresas en crecimiento. Pronto os contaremos novedades.

Otro objetivo colateral que me marqué con el cambio fue rodearme de personas con quien me apetecía compartir intensamente mi vida profesional. Personas inconformistas, que cada día apuestan por afrontar nuevos retos y descubrir otros territorios. Y ahí vamos con Daniel, Javi, Teresa o Nacho, aprendiendo juntos de nuestros aciertos y errores. Para mí, tiene un cierto punto de reencuentro, como volver al colegio después de verano.

En la esfera personal, estoy contento porque el cambio ha tenido consecuencias positivas: mayor dominio de mi tiempo y con mejor calidad para los míos. He podido hacer más deporte, disfrutar de la montaña, perder diez kilos de peso o empezar con clases de improvisación teatral. Necesito estos periodos de descanso y distensión, para aprovechar mis períodos de productividad. Y algo que, siendo pequeño, me satisface enormemente: seguir aumentando mi cuota de aportación en las tareas compartidas de casa. Algo que todavía tiene margen de mejora pero que, año a año, voy mejorando continuamente.

¿Qué objetivos me planteo para 2014?

En mi línea de no marcar objetivos numéricos, mis objetivos profesionales para 2014 son puramente cualitativos. En primer lugar, poner toda la carne en el asador para entregar ese proyecto importante a Pihasa y consolidar nuestra relación cliente-proveedor. En segundo lugar, estratégicamente, desarrollar OneNorth dentro del paraguas de scalabBle_. Dicho de otro modo, convertir scalabBle_ en un proyecto importante. Tercero, encontrar otro proyecto interesante que me permita seguir experimentando. Parafraseando a Julen, “hay muchas, muchísimas cosas que no son “trabajar” y que merece la pena no dejar solo en la estantería de “sueños”. Mejor si de sueños pasan a realidad.”.

Por otro lado, me gustaría compartir más reflexiones en este blog (y en el blog de OneNorth) e ir soltando algo de lastre en redes sociales. Tengo la sensación que, con el ruido de las redes sociales, dejo escapar demasiadas ideas y reflexiones que merece la pena poner negro sobre blanco. Y todo lo que no suma, resta.

Vamos a por el segundo paso de esa travesía hacia Terra Incognita. El cristal del 2014 se ve traslúcido, no distingo bien al otro lado. Me apetece ir descubriéndolo, dándole forma sin presión. El rumbo está marcado.

4 comentarios

  1. Me gusta saber de la gente que apuesta por el cambio, por afrontar nuevos retos y descubrir otros territorios más allá de la zona de confort. Suena bien lo que leo y seguro que sonará aún mejor según se afinen los instrumentos.
    Mucha suerte en la aventura, Alfonso.
    Un abrazo,
    JM

  2. Alfonso Romay says:

    José Miguel,
    Muchas gracias por tus palabras. Sois gente como tú y el equipo de consultores artesanos en los que me fijo para seguir aprendiendo. Vuestra filosofía de trabajo (y de vida) ha sido siempre uno de mis referentes.
    Seguimos en contacto. ¡Un abrazo!

  3. […] Hace mucho tiempo que no hago balance escrito del año, y creo que es buen momento. Como le ocurre a Amalio, mi impresión es que 2013 ha sido de transición entre pasado y futuro, una travesía hacia …  […]

  4. […] de hacer retrospectivas, los finales de año son momentos propicios para mirar hacia delante. Así que, aunque suelo ser […]

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