Manuel Castells en Zaragoza

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Me dicen que Manuel Castells dará una conferencia la semana que viene en Zaragoza sobre desarrollo urbano y TIC. Castells es un experto en el surgimiento de la sociedad de redes, distribuida y cooperante y su relación con el progreso económico, y es director del Consejo de Sabios que asesora la Ayuntamiento de Zaragoza. Profesor en Berkeley, entre sus libros destaca su trilogía “La era de la información: economía, sociedad y cultura”, que ha marcado un hito en el estudio y comprensión de los nuevos modelos organizativos impulsados por la tecnologías de la información. También ha colaborado en algunas publicaciones con Pekka Himanen (“La ética del hacker”, por cierto que alguien me hizo picar el anzuelo y me lo estoy leyendo).

Sus teorías se resumen en que todos los procesos, desde los empresariales hasta los urbanos o sociales, pueden reducirse a generación de conocimiento y flujos de información. Firme defensor del software libre como medio de innovación, el siguiente párrafo resume algunas de sus ideas:

Hoy día se ha demostrado que hay formas de producción de la innovación tecnológica que pueden obtener resultados superiores a los de las empresas tradicionales a partir de la cooperación libre no remunerada y sin apropiación privada del conocimiento resultante del proceso de producción.

Aunque estas formas de cooperación productiva pueden extenderse a otras actividades, sus resultados más espectaculares se registran en el software informático. El software es el lenguaje que permite relacionarnos con los ordenadores y los sistemas digitalizados. O sea, con las redes de máquinas que forman la infraestructura básica de nuestra sociedad. La apropiación privada del software es equivalente a la apropiación de la escritura en los orígenes de la humanidad.

No estoy de acuerdo con algunas de sus ideas, pero creo que esta conferencia es un must. Principalmente, porque se trata de una de las personas más influyentes en Internet y una autoridad mundial en la investigación de las nuevas formas sociales y económicas de la era digital.

Créditos de la fotografía: Meet The Media Guru en Flickr (bajo licencia Creative Commons)

Perseverancia vs. talento

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Un tema que me ha ocupado la cabeza en estos tres días de consultoría on-the-road es el tema de la perseverancia frente al talento o la inspiración. En el mundo empresarial, como en la vida, el arte, la ciencia o la literatura encuentras personas muy competentes, conocedoras de su función, auténticos líderes, números 1, referentes. Pero algunas son especialmente talentosas y otras son perseverantes. Ray Kroc, fundador de McDonald’s, dijo:

“Persevere. Nada en el mundo puede reemplazar a la perseverancia. El talento no lo hará; nada es más común que los fracasados con talento. El genio no lo hará tampoco; el genio sin recompensa ya es proverbial. Perseverancia y determinación son las únicas virtudes omnipotentes”

Tengo que decir que antes me consideraba más talentoso que perseverante. Ahora es justo al contrario. Considero más interesante para mi desarrollo profesional la perseverancia.

La creatividad como inspiración genial, no sólo no es cierta, sino que subestima el esfuerzo de empresarios, investigadores, científicos, innovadores, artistas o escritores. De este modo, se subestiman los avances realizados en cualquier área. Y esa creatividad debemos enfocarla, como decía Stuart Mill, de un modo ético: “No existe una mejor prueba del progreso de una civilización que la del progreso en la cooperación.”

Se suele cree que tener talento es una cuestión de suerte, pero nunca se piensa que la suerte pueda ser cuestión de talento.

Créditos de la fotografía: BK en Flickr (bajo licencia Creative Commons)

Dedicar tiempo a pensar

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Nos pregunta Julen Iturbe sobre las motivaciones de iniciación de nuestro blog: contesté que quería que fuera como el cuaderno Moleskine de Hemingway, es decir, un lugar de anotaciones y reflexión, donde pudiera apuntar aquello que me pasaba por la cabeza (esa diarrea mental/postal que me “achaca”). Desde que tengo blog, he conseguido ordenar mis pensamientos y darles forma. Más allá de simples ideas que te pasan por la cabeza, el blog exige disciplina para ordenarlos, expresarlos y transmitirlos con fluidez.

Dedicar tiempo a pensar, a la reflexión (además de ser parte del proceso creativo de resolución de problemas) me ha aportado algunas ventajas:

  • Me permite aislarme de los problemas diarios, de las prisas, de los plazos de entrega…
  • Hago algo de autocrítica, lo cual empieza a sentarme muy bien. Me ayuda a ser consciente de mis problemas.
  • Me hace más consciente de mi alrededor. En muchas ocasiones tengo la sensación de haber aislado, de no recordar por donde he ido a un lugar, con quien me he cruzado…
  • Desarrolla mi creatividad: algunas veces, reflexiono mientras duermo. Puede parecer una locura, pero la solución a muchos problemas que se me plantean la obtengo en periodos de semiinconsciencia…
  • Me permite centrarme en temas positivos, liberándome de preocupaciones pequeñas que siempre pueblan mi cabeza y de las molestas interrupciones que siempre nos atormentan.
  • Se ha convertido en un buen hábito apagar el móvil y dedicar 20-30 minutos a pensar/organizar mi vida durante las siguientes semanas. Es MI momento. Bien sea en casa, bien caminando o incluso cuando voy a correr un rato.

Como los artistas que se separan unos pasos para contemplar su obra desde otra posición. Es necesario alejarnos de aquello que nos preocupa o inquieta y ver los temas con cierta perspectiva.

Créditos de la fotografía: Nikolay Bachiyski en Flickr (bajo licencia Creative Commons)

Consultoría y la complejidad de resolver problemas

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Una nota rápida que quiero dejar escrita sobre la creatividad aplicada a los procesos de trabajo en consultoría, donde sabéis que me muevo.

Una cuestión que defiendo es que la consultoría es esencialmente un proceso creativo. Los consultores son/somos solucionadores de problemas. El cliente plantea una situación real en un entorno real con demandas muy variables y la consultoría debe aportar una solución creativa al problema en colaboración con un grupo de actores, participantes y usuarios. El enfoque tradicional de resolución de problemas como un proceso racional y programado es simple y nítido, pero insuficiente en la actualidad, debido a la complejidad y a los cambios a que están sujetas las organizaciones actuales.

Nuestra habilidad debe ser facilitar procesos creativos de cambio, implicando activamente a los participantes y siendo capaces de relacionar la situación inicial con un contexto dinámico generado por diferentes entornos. Debemos evitar estos modos rutinarios (en vez de quedar atrapado en ellos), a través de espacios de reflexión y creatividad en interacción con todos los agentes vinculados con el problema. Por tanto, los métodos creativos son necesarios para resolver problemas en la práctica.Pero, ¿debemos promover la creatividad en nuestros clientes? ¿ Implicarlos hasta el punto de que aporten creatividad a los proyectos y aprender de sus conocimientos ?

Ése es un reto que debemos superar. Y es que otra forma de hacer consultoría es posible.

Créditos de la fotografía: CollegeDegrees360 en Flickr (bajo licencia Creative Commons)

El tripartito, los cracks y la marca personal

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Tranquilos, que no me refiero a la ruptura entre Maragall y Carod Rovira. Mi tripartito es otro bien diferente: Nadal, Pedrosa y Alonso. Ese trío de ases que nos desvelan, nos mantienen delante del TV los fines de semana y nos hacen vibrar. Algo se está haciendo (y viene de lejos) bastante bien en el deporte español. Estoy convencido que las Juegos Olímpicos de Barcelona han supuesto un antes y un después en el panorama deportivo español. Por otro lado, esta buena gestión ha coincidido con una generación de deportistas de élite especialmente talentoso. Cada uno con su marca personal.

Nadal es la tenacidad, la potencia, la concentración y la fuerza mental. Pedrosa es la timidez agresiva, la precocidad, la frialdad, la inteligencia, el saber estar. Y Alonso es la ambición, el análisis, la determinación, la fiabilidad, el empuje y la mentalidad ganadora. Incluso también, por qué no decirlo, la prepotencia. Todos ellos comparten talento en su especialidad pero son muy diferentes entre sí, aunque quizá Pedrosa destaque de los otros dos. A sus 20 años, con un cuerpo de apenas 160 cms, es tricampeón mundial y me deslumbra con su inteligencia sobre la moto. Definitivamente, Pedrosa es quien más me gusta de los tres. Será por su timidez y su tranquilidad, lejos del maremagnum mediático que adorna a Nadal y, sobre todo, a Alonso. Estos tres jóvenes valores tienen en común, además de talento y ganas de triunfar un elemento esencial, el apoyo total y absoluto que han recibido de sus mentores deportivos. Toni Nadal, Alberto Puig y Adrián Campos, respectivamente. Lo considero un punto esencial.

Sabían lo que tenían entre manos, y su experiencia les decía que pronto llegarían los éxitos. Además, han sabido ir dosificando a su pupilo hasta que llegara el momento adecuado para alcanzar la cima. Sus consejos y su paciencia dan ahora unos frutos que no han hecho sino empezar.