日本 – Luces y sombras

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Una batida rápida por algunas cosas que me sorprendieron de Japón:

  • Las tiendas de tecnología: te lo cuentan, pero hasta que no tienes en la mano una cámara de 10,2 megapíxeles no puedes creerlo.
  • Los teléfonos móviles, que forman parte inexorable en la vida cotidiana de los japoneses. Pantallas enormes que me fascinaron. En el metro, gente viendo la TV o leyendo el correo electrónico en su móvil. Algo más que simples herramientas de comunicación.
  • El karaoke: toda una experiencia que recomiendo a quien vaya a Japón.
  • El ambiente del metro: silencio sepulcral sólo roto por algunos turistas hispánicos que son observados con asombro. Curiosa su capacidad para aprovechar esas horas de metro o tren durmiendo, a veces de pie y colgados de una anilla. Recomendable ir en hora punta hacia la zona de negocios como experimento.
  • La locura por los juegos de azar, en especial el pachinko: En Japón siempre están llenas las salas de pachinko, ese popular juego de azar que no se ve más que en el país del Sol Naciente y que encandila a casi todos sus habitantes.
  • Los conbinis o tiendas 24 horas: siempre están abiertas al público y con una gran variedad de productos. Uno en cada manzana.
  • Cuervos en la ciudad: hay muchísimos cuervos que provocan verdaderos problemas de salud pública.
  • Los taxis y su apertura automática de puerta. No se te ocurra cerrar la puerta o el taxista te mirará con mala cara.
  • La afición a teñirse el pelo, incluso en gente de 50-60 años: ¿Quién dijo que los japoneses tienen el pelo negro?

Como no todo iba a ser perfecto, me quedó una pequeña decepción: el Shinkansen. Quizá la expectativa era demasiado alta o quizá no fue para tanto, pero nuestro AVE no tiene demasiado que envidiarle al tren bala japonés. La tecnología avanza y nos hace progresar, aunque a veces se echen de menos esos trenes ebrios, con su transcurrir delicioso, provistos de balanceo, siseo y tracatraca, con alma y estilo propios.

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