Intimidad y vida pública: una reflexión sobre Twitter
La intimidad es un término difícil de conceptualizar. Cada persona se protege como le parece de la indiscreción y es, por tanto, un concepto variable y bastante dinámico.
Twitter está de moda, y muchos blogs se apuntan. Valoro muy positivamente la transparencia en esta sociedad digital, donde cada persona puede dar su opinión en su propio espacio público y hacerlo visible al resto. Pero no me gusta el modelo de Twitter para mí: creo que sólo me aporta una sobreexposición totalmente innecesaria.
Permitir el acceso consciente a mi intimidad, menuda cuestión. Por no hablar de la necesidad de publicar casi inmediatamente y la (dudosa) calidad de mis entradas: lo siento, no entiendo que a alguien le interese si me estoy duchando o estoy comiendo. Por otro lado, no tengo mucho interés en conocer las actividades de otras personas, más allá de la curiosidad o de cierto voyeurismo.
Sólo espero no acabar Twitterizado… Sois todos bienvenidos a este espacio público, pero el privado está reservado para unos pocos.
Entendiendo lo que dices, creo que Twitter tampoco es tan agresivo. Como decíamos el otro día, es sólo una herramienta. Si la uso para contar que estoy comiendo, o para contar algún detalle importante de mi actividad, ya es cosa mía.
Definitivamente, a mí no me interesa si alguien está comiendo o no. Pero igual hay otros aspectos que sí… Oh, no, me están lavando el cerebro!
Habrá que darle una vuelta a estas cosas. A mí me interesa sobre todo como punto de observación. La fiebre de entrar en todo lo novedoso da respeto, mucho respeto. Y en un mundo donde el cuello de botella es nuestra capacidad de atención, miedo me da. Pero yo siempre he sido cobardica.