La vida blogueada

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Blog

Algunas personas cercanas se plantean cerrar su blog. “No tengo cosas que contar”, suele ser la excusa. Pienso que lo bueno del blog es que permite exteriorizar esos pensamientos, preocupaciones o sentimientos. Además, los blogs han servido para recuperar ese hábito (casi) perdido por escribir. Y por leer, como algunos recordarán.

Es agradable que te lean, leer a otros, conocer sus opiniones aún antes de conocerlos en persona. Entablar conversaciones, íntimas o públicas. Pero no es lo único, ni mucho menos. Y es curioso cómo se llega a ese estatus de “vida blogueada”, que comentaba Enrique Dans en aquella entrevista de El País.

Y es a través de su “ventana al mundo”, como llama Susana a su blog, ha intensificado algunos de sus intereses. “Tener el blog te obliga a leer mucho y a estar más conectada con la actualidad de la televisión. Ahora que hay gente que me lee estoy obligada a dar opiniones que estén sustentadas”. Así que diariamente, como blogger ortodoxa, repasa unas 40 fuentes de información. (…)

¿Tiene un poco de vicio?” escribir en el blog, recoge retóricamente Susana, “pues sí; pero es agradable que te lean, leer a la otra gente y comenzar a saber qué es lo que piensan. Y poder trabar relaciones que de otra forma no se producirían”. En la misma línea apunta el padre: “Te encuentras con gente que no conoces, pero a la que has leído y sabes cómo piensa, y con quienes tienes temas en común, y no te cuesta nada entablar una conversación con ellos”. Es lo que Enrique llama “la vida blogueada”.

Como antiguo escritor compulsivo y viéndolo con algo de distancia, me lo estoy tomando de forma más tranquila. Ahora trato de leer más y escribir menos. Y reconozco que me gusta releer antiguos posts, ayudan a recordar y consolidar reflexiones pasadas.

Simplemente escribe lo que piensas, con tus propias palabras. No lo dejes, hay gente que quiere saber de tí. Aunque nos veamos a diario.

Créditos de la fotografía: GotCredit (bajo licencia Creative Commons)

8 comentarios

  1. Germán Gómez says:

    El temor a no tener nada que contar es obvio. También el temor a que nadie lea lo que uno escribe. Pero, como muchos otros temores, lo mejor es intentar saltar sobre ellos porque sino no llegamos a ningún lugar interesante.

    • Germán,
      Es posible que tengas temor a no tener nada que contar, Pero no entiendo el temor a que nadie te lea. Quizá sea el planteamiento de blog: publicar vs. ser público.

      Yo me identifico más con la idea de disfrutar de lo que escribe, me lean diez o diez mil. Aunque reconozco que al principio me obsesionaba bastante cuántos lectores tenía, cada vez me importa menos. Quizá por eso ahora escribo menos y leo más.

  2. Vesania says:

    A menudo la falta de tiempo hace que estés días, incluso semanas sin escribir, y yo al menos me siento mal, es como tener un grupo de amigos a los que por causas mil no le cogieras ni el teléfono y no saben de ti en mucho tiempo. Me resulta de mala educación casi, así que te tienta el despedirte, al menos para que no esperen en vano, aunque sea un tiempo…
    Luego está el no saber qué decir, mínimamente interesante a temporadas, sobretodo si la gente a la que lees es de las “interesantes” en la blogosfera. No estás a su altura, y quedas como un a quinceañera contando tus desvaríos… Sé que cuando lo plantean los demás digo, ¡¡ni de coña!!, me encanta que me cuente hasta lo que ha desayunado fulanito… pero cuando eres tú, te da más pudor…
    No sé. Lo de dejar el blog, va a temporadas, como todo. Lo normal es reconsiderarlo, tomarse un descansito y volver por las andadas. Se lo debes a la gente que te lee y te comenta, porque te han dado mucho en todo ese tiempo.
    Besos.

    Tenía ganas de saludarte por aquí. Estoy en Logroño así que me vuelvo a perder el salmueras de hoy, ¡snif! ¿por qué no lo ponéis en viernes alguna vez?

    • Bueno, igual lo solucionamos en el Bloggellón… :-)

    • Telémaco says:

      A mi también me está pasando, el tiempo que dedico a escribir se lo estoy quitando a leer y esto no me gusta.
      Me estoy planteando seguir tu consejo y reorganizar los tiempos que dedico a cada cosa, aunque esto suponga publicar menos.

      • Seguramente, en el fondo esto es un ecosistema: algunos producen (escriben) y otros recolectan (leen). A veces eres productor y otras recolector. Incluso, como dice Julen, hay una multitud silenciosa de recolectores que merecen la pena…

  3. Nestic says:

    Cuando lees, piensas; cuando piensas, aparecen ideas; cuando escribes, dejas que las nuevas ideas aterricen y que te enriquezcan; cuando blogueas, compartes ideas, que otros leemos.

    No dejes de leer, ni de pensar, ni de escribir, ni de bloguear… :-)

  4. Muy bueno el post. Como bien lo dicen, para algunos el “temor” de no tener que contar y/o a que nadie lo lea, muchas veces pesa en la decisión de continuar, pero no hay que bajar lo brazos. Hay que perseverar.

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