Hacia el know-why

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Know-why

(Este post se publicó originalmente en el blog de OneNorth)

Una de las ideas con más recorrido que hemos oído últimamente se la escuchamos a Paola Fatás, una doctora e investigadora en química, que promueve aplicar en la empresa un método similar al científico. Y lo hace desde el convencimiento que sólo podemos valorar aquello que conocemos bien. Por tanto, entender el “por qué” (know-why) nos permite conocer el “cómo” (know-how) para desarrollar nuevas soluciones, y avanzar en el camino hacia la innovación.

El concepto de “know-why” lo vimos por primera vez en “Compete on Know-Why, not Know-How” de Alan Richardson:

Do you know why you make the products or offer the services you do? Too often I find that companies don’t have a clear enough sense of why they do what they do. They get stuck making incremental improvements that are rooted in existing competencies, markets, and business models.

This is especially problematic when companies decide to innovate. If you don’t have a clear understanding of why you are pursuing an innovation, you risk being wasteful and ineffective, and could lack strong differentiators from incumbents. On the other hand, clear, deep, relevant insights help you stay one step ahead of competitors who may try to imitate your creations. If they can’t replicate the thinking driving your innovations, they’ll be doomed to “me too” status.

La tesis de Richardson, aplicada a un análisis de innovación, es que un entendimiento profundo de por qué se hacen las cosas puede ser una fuente sostenible de ventaja competitiva, ya que ese “por qué” (compuesto por unos ‘core insights’ que no son siempre evidentes) es mucho más difícil de imitar que las capacidades del “know-how”. Es un razonamiento similar al modelo del círculo dorado de Simon Sinek:

En el ámbito organizativo, tener un por qué es clave. “People do not buy WHAT to do, they buy WHY you do it”, remite Simon Sinek continuamente. Aglutinar a los equipos en torno a un propósito compartido, contribuye a movilizarnos y aporta estabilidad a la organización. Casi todas las organizaciones se preocupan por mantener su saber hacer (“know-how”) con mejoras incrementales y son muchas menos las reflexionan acerca de su “know-why”-lo que en realidad les mueve a la acción-, a pesar de que este factor tiene, al menos, igual importancia.

En el ámbito de gestión, la complejidad actual requiere que revisemos si nuestras soluciones son las óptimas y si el contexto del problema para el que se diseñaron, sigue vigente y fundamenta su eficacia. Y las personas, como decía Deming, todo lo que necesitamos saber es POR QUÉ nuestro trabajo es importante. Pero también cada persona tiene su responsabilidad: demasiadas veces, obviamos preguntarnos el por qué de las cosas y responder nuestras propias preguntas. Cuestionamos muy poco las razones por las cuales hacemos esto o aquello, sin observar si existen otras opciones.
Cuando empiezas a cuestionar desde la humildad lo que otras personas están diciendo, te sorprendes de la cantidad de información que contradice lo que muchos dan por sentado. Es común ver que existe información errónea que pasa de boca en boca y que todos aceptan sin verificación alguna. Plantearte porqués y pensar por ti mismo no significa que vayas a acertar todo el tiempo, sino más bien que tomas decisiones basadas en tu propio razonamiento y experiencia.

Es importante introducir ese elemento adicional que nos permita provocar, revisar y potenciar nuestra propia capacidad de generación de know-how: el know-why. Realmente se percibe una relación clara entre ese elemento y el modelo de organización que trabajamos en OneNorth. Habrá que seguir explorándolo.

Créditos de la fotografía: Asparukh Akanayev en Flickr (bajo licencia Creative Commons)

2 comentarios

  1. Paola Fatás says:

    ¡Felicidades por el post!

    Me gustaría añadir una reflexión acerca de dos tipos de “know why” que se distinguen en el texto, con una filosofía común, pero con matices distintos.

    El primero sólo se puede responder cuando se entiende en profundidad el problema y, como bien comentas, para ello necesitamos conocimiento. Cuando nos centramos en el “know how” estamos estudiando la solución, por tanto es muy difícil que seamos capaces de encontrar alternativas disruptivas y desarrollar procesos innovadores que resulten en una mejora sustancial. Sin embargo, con el “know why” estamos yendo directos al problema, de forma que, con el conocimiento apropiado, podemos llegar a soluciones muy diferentes que permitan innovar y ese es el planteamiento que lleva realizando la ciencia cientos de años.

    El segundo “know why” hace referencia a la motivación, como bien se indica en el texto se trata de un motor (incluso se utiliza el término “movilizar”, que lleva implícita la acción). También en este ámbito existen partidarios del “cómo”, que se centran en trabajar las conductas para conseguir un determinado objetivo; sin embargo, esto no suele funcionar ya que cuando se habla de personas, la misma conducta en diferentes personas no da lugar a los mismos resultados.

    En cambio, el “know why” sólo se centra en el objetivo. Cuando se trabaja sobre el “por qué” cada individuo emplea las conductas que mejor le funcionan de forma natural, para conseguir el resultado que busca, que cada uno está propiciando, y esto no es otra cosa que la proactividad de la que tanto se habla.

    Supongo que, en definitiva,el “know why” nos lleva a encontrar un norte hacia el que dirigirnos o sobre el que estudiar y a virar de forma coordinada cuando este norte cambia. ;)

  2. ¡Gracias por el comentario Paola!
    Muy interesantes los dos vectores de conocimiento y motivación a la acción.

    Especialmente, este último, tan denostado en estos tiempos donde, como decía Teresa Oliver, el compromiso de los empleados es tan bajo.
    Los trabajos que mejor se corresponden con tus “motivadores” -con TU “porqué”- es donde te encontrarás más a gusto, aumentando el compromiso y, por tanto, tus resultados.
    Como dice Simon Sinek en el video: “If you hire people just because they can do a job, they’ll work for your money. But if you hire people who believe what you believe, they’ll work for you with blood and sweat and tears.”

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