Tagged: gestión de personas

Innovar sin personas

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¿Cuál es el ingrediente fundamental en toda innovación? Evidentemente, son las personas. No es posible innovar sin personas. No olvidemos que la finalidad de la empresa es asegurar su continuidad con éxito, a través de su capacidad de adaptación y de crecimiento sostenido, sobre una base sólida. Y esto únicamente podemos afianzarlo sobre una base de mejora, innovación, motivación y desarrollo de nuestras personas. Relacionado con el tema he leído un artículo sobre una conferencia de Scott Cook, sobre la capacidad de innovación de su compañía de desarrollo de software. Mantiene una visión muy clarificadora sobre cómo han creado una verdadera cultura de innovación: “Innovation happens at the junction between business and customer needs, not from executive ideas or lonely geniuses within the company. Indeed, innovation bottlenecks are often at the top. Creating a culture of innovation is about nurturing customer observation, incubating new ideas, celebrating failure, and staying out of the way.” Pero lo que más me ha gustado es la clasificación de modelos de innovación (muy al estilo del modelo CMM de desarrollo de software): El genio sólo (The lone genius) El jefe es un genio (The boss is a genius) Copiar la innovación de otros (Copy competitors’ inventions) […]

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Eficacia y profesionalidad

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Verán ustedes: el otro día mi jefe tenía una conversación con el Director General de una empresa cliente y éste le apuntó sus dudas sobre un tema. Según éste, en cualquier libro/curso de gestión se habla de la mano izquierda, de intentar entender primero y actuar después, de perseverar en conocer los motivos de los problemas que cada persona pueda tener. Pero, ¿qué ocurre cuando sabemos positivamente que la persona no está cumpliendo con profesionalidad y eficacia su trabajo? ¿Qué ocurre cuando tenemos la manzana podrida en el cesto? ¿Debemos aplicar la mano izquierda en estas situaciones? Y eso le produce dudas, porque resulta que él lo que siente es que, a veces, es necesario dar un golpe encima de la mesa, dejar atrás la salsa rosa… Según me comentaba mi jefe, muchas técnicas de gestión se han centrado en los últimos tiempos en la permisividad (aderezado con ciertos toques de blandura desde la dirección). Está bien permitir un (cierto) grado de autonomía, pero éste debe ser administrado con diligencia (por parte de los managers) y con responsabilidad (por parte de los empleados). Cuando me contó la conversación, mi primera reacción fue decir que no podía ser así. Que era mejor actuar con […]

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Hacia una cultura de alto rendimiento

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Una línea de trabajo en la que trabajamos en mi empresa es la gestión del rendimiento (BPM, Business Performance Management en términos anglosajones). Es un proceso que suele llevar incluidos diferentes aspectos como evaluación del desempeño, valoración de competencias, planes de desarrollo, definición y valoración de objetivos empresariales e individuales e incluso se relaciona con otros aspectos como retribución variable. Es un tema apasionante, éste de determinar los factores y diseñar políticas que se encaminen a una cultura de alto rendimiento de las organizaciones. Según un reciente estudio de Gartner, publicado en Business Performance Management Magazine, revela las cinco características clave que son claves para tener éxito y convertirse en HPO (High-Performance Organization). Estas compañías entienden las necesidades del mercado antes que el resto y de forma más acertada, retienen a sus miembros más cualificados y se adaptan mejor a las circunstancias cambiantes. Gartner ha comprobado estas organizaciones que comparten cinco características: Establecen objetivos ambiciosos y continuamente obtienen esos resultados. Muestran un fuerte sentido de “propósito” compartiendo y transmitiendo valores internamente y fuera de las organizaciones (con clientes, proveedores y grupos de interés). Tienen una marcada orientación estratégica (eso que de “alinear la estrategia con la gestión” que se escucha de vez en cuando). […]

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Una idea radical para la empresa

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Mi blogobrother artesano ha estado desarrollando un manifiesto de ideas radicales que me parece fascinante, tanto por contenido como por enfoque. Y he decidido hacer una pequeña aportación, espero que no le importe. Y la aportación en forma de idea radical no puede ser más sencilla: enseñar a las personas de responsabilidad de las organizaciones a jugar al ajedrez. Y eso que no soy un buen ejemplo porque ni siquiera juego bien. Es evidente que el ajedrez es un buen ejemplo de estrategia. Pero pensad un momento en otras lecciones de gestión que se aprenden con el ajedrez: No te confíes: da igual quién tengas enfrente: un niño de 10 años, un adulto de 30 o un anciano de 75. Cualquiera puede ganarte, no hay victoria fácil. Lo que debes hacer es aprender a valorar correctamente las aptitudes y actitudes de tus competidores, a sopesar sus posibilidades. Busca información. Gestiona y utiliza la información de que dispones para tomar decisiones. Y recuerda que para alcanzar el objetivo hay varios caminos posibles, y algunos pueden ser válidos. No hay una sola forma de hacer las cosas. Aprende a delegar. La apertura, los movimientos más sencillos, suelen ser más automáticos. Concéntrate en la […]

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Dirigir personas: el factor emocional

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Leo un artículo de Álex Rovira acerca de las relaciones jefe-colaborador, y cómo un buen superior puede facilitar la consecución de objetivos, ayudando a que las cosas salgan mejor, minimizando las complicaciones y los conflictos. Me ha impactado bastante un dato: en España, el 50% de los trabajadores consideran que su jefe no está capacitado para dirigir personas y un 36% “declara que duda seriamente de su salud mental”. Destaca el artículo que las causas principales de tan singular opinión son: La “falta de respeto” que se manifiesta en malas formas, desprecios o salidas de tono. La prepotencia y sus derivaciones La “falta de escucha” Incompetencia por falta de preparación o desorganización Otros: falta de apoyo, falta de coraje, ausencia de confianza, no implicación, etc. Todo esto genera un clima que, a la larga, provoca que disminuya la creatividad, el talento y la motivación de los equipos. Por mi parte, he tenido bastante suerte. Mi carrera profesional la he desarrollado desde el principio en la misma empresa, en mi ciudad. Ambas cosas son extrañas en el mundo de la consultoría, pues el índice de rotación de personal es elevado. Mi jefe siempre se ha preocupado de nuestro desarrollo, nos ha pedido […]

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