Conversaciones con Freire (II): Reproducir viveros de innovación

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Viveros de innovación

Siguiendo con las conversaciones que mantuve con Juan Freire, otro tema del que hablamos fue de viveros de innovación. Le sorprende gratamente el desarrollo de Zaragoza, en especial, el tema de la Milla Digital.

La Milla Digital es un proyecto de urbanismo tecnológico sobre los espacios que está desarrollando Zaragoza Alta Velocidad, aunque para la expansión se cuenta con la zona Expo. Inicialmente el proyecto tuvo una fuerte componente económica buscando diversificar y crear empleo cualificado. Adicionalmente, se busca que sea un escaparate de nuevas formas de trabajar, divertirse y relacionarse y un proyecto que defina nuevos espacios urbanos y equipamientos.

Comentamos cómo Zaragoza ha aprovechado, por fin, su ventajosa situación geográfica. Se ha redescubierto, articulada y conectada a través una infraestructura moderna como el tren de alta velocidad y convirtiéndose en poco tiempo en un núcleo de innovación y creatividad. Y un tema que surgió fue si era posible reproducir (o “copiar” o “hackear” o “piratear”, como Vd. prefiera) ese modelo en otros lugares. Estábamos de acuerdo en que es complicado. En primer lugar, porque requiere un verdadero compromiso político, que es difícil de alcanzar y que aquí, afortunadamente, se ha dado.

En esa línea, Paul Graham escribió hace unas semanas un ensayo analizando las posibilidades de reproducción del éxito de Silicon Valley. Es decir, cómo crear un entorno propicio a que los emprendedores innoven, prosperen y generen empleo y, por tanto, riqueza. Rogelio Bernal también ha hablado de Silicon Valley estos días, generando un interesante debate en la aportación de programadores, ingenieros, MBA y empresarios al modelo de emprendizaje.

Graham viene a decir que son necesarios dos tipos persona: gente con ideas (nerds, empollones) y gente con dinero para financiarlas. Obvio, pero no tan fácil de conseguir. Por ejemplo, en zonas como Florida o NYC vive gente con recursos, pero que no resultan atractivos para la gente con ideas. Y, por contra, Pittsburgh, donde está ubicada una de las primeras universidades del mundo (Carnegie Mellon University) dispone de un amplio vivero de ideas, pero que no es un paraíso donde los ricos quieran vivir. Parece que California ha conseguido complementar los intereses de ambos grupos. La siguiente cuestión sería si, en ausencia de financiación privada, los fondos públicos podrían encarar ese reto de fomentar un entorno en el que florezcan las startups. Graham lo desaconseja, lo cual me ha sorprendido de primeras. Sin embargo, su explicación es realmente convincente:

“Startup investors are a distinct type of rich people. They tend to have a lot of experience themselves in the technology business. This (a) helps them pick the right startups, and (b) means they can supply advice and connections as well as money. And the fact that they have a personal stake in the outcome makes them really pay attention.”

Como dice el Profesor Castells, las Administraciones públicas deben favorecer las circunstancias para que la unión de inversores e ideas sea factible. Pero no entrometerse en esa relación.

Graham apunta otra idea interesante: siempre será mucho más rentable invertir en una universidad de prestigio que en un “parque tecnológico” con edificios de oficinas. En Aragón se están haciendo las cosas bastante bien, aunque hayamos tenido algún pequeño fiasco. Por eso, debemos seguir basando nuestro desarrollo en el know-how, la tecnología y el conocimiento. Aragón se orienta hacia un futuro económico extraordinario por muchas razones, entre ellas, porque invierte en atraer empresas de base tecnológica. En eso estamos.

2 comentarios

  1. Alejandro Rivero says:

    Más bien la parte publica (¿municipal, urbanística?) de estos viveros debería centrarse en producir lugares estables de encuentro para estos Nerds. Siendo como somos la primera potencia en bares, no se explica que no seamos capaces de adaptar el estilo de vida mediterráneo a este sistema de innovación.

    La inversión en “universidad de prestigio” también cumple este papel en tanto en cuanto sirva como lugar de encuentro de nerds. Se me ocurren ejemplos de los dos tipos en la primera época de la informática personal de Zaragoza: la gente alrededor de lia01 en el edificio de matemáticas, o los que giraron alrededor de Los Espumosos los domingos por la mañana (que primero fueron 8-bits y luego Macs). Pero eran instalaciones en precario, con bondad y buen rollito (o interés, en otros casos) por parte de la entidad que controlaba el local de reunión y los recursos, que en realidad no estaban destinados a estos fines.

  2. […] Ayer me encontré un concepto que desconocía y me interesó: los business angels, que creo complementa la entrada sobre viveros de innovación. […]