Gestionando la diversidad

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Zaragoza está inundada de zanjas. Se quejan los madrileños (y con razón, todo sea dicho) pero con las reformas urbanas que supone prepararse para 2008 parece que vivimos buscando tesoros.

Cuando venía a trabajar esta mañana he observado una situación curiosa: en una de esas zanjas, un capataz (¿ se sigue llamando así ?) le echaba una bronca monumental a un joven africano de color. El chico ni levantaba la vista del suelo, temiendo que la bronca fuera aún mayor. Mi primera impresión ha sido pensar que el encargado era un cafre por tratar así a las personas que están bajo su responsabilidad… Sin embargo, después he pensado que quizá nadie le ha explicado a ese encargado que las diferencias culturales ya son un factor clave en las relaciones interpersonales en una organización.

En determinados entornos laborales, ¿ no deberían las empresas formar a sus trabajadores para ser más conscientes de sus propios condicionantes culturales y beneficiarse de las diferentes experiencias culturales de sus colaboradores ? El entorno laboral ha cambiado mucho desde hace unos años. En otros países (recuerdo mi primera visita a la Universidad París XIII en el año 97) están más acostumbrados a recibir inmigración.

La comunicación en entornos multiculturales será clave en los próximos años. Ser consciente de tus estereotipos y sus limitaciones será fundamental. Lo que es seguro es que debemos ir más allá de esos estereotipos para construir modelos de relación que nos ayuden a entender otras culturas. Incluso cada uno de nosotros, en un entorno globalizado, tiene a golpe de clic una oportunidad de negocio en un entorno cultural totalmente diferente.

Como dirían los americanos: “we should bridge the culture gap”. Un puente de diversidad que conviven en un mismo espacio físico.

4 comentarios

  1. Isabl says:

    Están más acostumbrados que nosotros, porque nos llevan más de veinte años de ventaja en el tema inmigración, también gracias a sus colonias. Pero la inmensa mayoría viven concentrados en “ciudades-gueto”. Simplemente “están acostumbrados”.

  2. Me viene al pelo esta entrada para sugerir un paso más básico todavía en muchas organizaciones. No estoy hablando del conocimiento de las diferencias culturales, que tiene su miga, sino una cuestión más básica aún. ¿Realmente las organizaciones conocen a sus empleados?

    Estoy hablando del componente humano de los empleados, de sus objetivos, de sus problemas, de sus inquietudes, aspiraciones (no sólo económicas), de sus temores…

    Yo me encuentro muy a menudo con un escenario en el que esto no es así, y el desconocimiento de las personas por parte de la organización es una cojera permanente que, en muchas ocasione,s hace que eso que los economistas llaman coste de oportunidad sea profundo y caro… carísimo.

    • El tema es complejo. En mi trabajo me he encontrado con empresas que valoran mucho las aspiraciones profesionales y PERSONALES de la gente y las incluyen en su entrevista anual.

      Preguntas básicas como:
      ¿Cuáles son tus objetivos personales a corto plazo?
      ¿Qué te preocupa a nivel personal?
      ¿Qué te gustaría conseguir en esta empresa? ¿Y en la vida?
      ¿Por qué motivos te irías de esta compañía?

      son absolutamente necesarias. Dicen que hablando se entiende la gente… sólo hay que preguntar. Si es verdad eso de que las personas son el activo más importante que tenemos (y lo es), no podemos alejar sus necesidades e inquietudes.

      Siempre pensamos en que el desarrollo dentro de la organización debe ir asociado a un crecimiento profesional. Pero, ¿qué ocurriría si una empresa dedicara recursos a permitir que la persona se desarrollara como persona? Seguro que el beneficio sería doble. Claro, el problema siempre está en lo ajustados que son los presupuestos de formación, pero en mi opinión redundaría en un beneficio mutuo, para empresa y empleado.

      ¡Muy buen apunte!

  3. Laura says:

    Lo que habría que plantear es el paso más básico de las relaciones inter-culturas y que es el modelo de contacto interétnico que se desea tener y no solo como pauta sino como realidad.

    A nuestro alrededor contamos con modelos que han fracasado lo cual nos otorgan ejemplos a no-seguir pero si a tener en cuenta para calibrar los fallos que ya se están cometiendo.

    Como ejemplo común, el modelo asimilacionista francés. Para ello habría que contar con la opinión ciudadana, claro está, porque en otro caso resulta muy tentadora la idea de programar al margen de la realidad y desde la utopía electoralista o de lo políticamente correcto. Hay instrumentos creados que permiten conocer las cosmovisiones ciudadanas y diseñar el futuro desde un marco participativo (ejemplo, los talleres de futuro).

    En fin, creo que esto nos dará para más de un café el sábado por la mañana ;)

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