Libros electrónicos

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Libros electrónicos

Muy interesante el artículo en Forbes sobre el nuevo lectores electrónicos.

Del mismo modo que algunas iniciativas de la Internet móvil, hace unos años la iniciativa de implantar libros electrónicos también fracasó. Motivos similares: dispositivos poco preparados y usables, un mercado inmaduro y la barrera del precio. El nuevo dispositivo tiene algunas características interesantes: un diseño más ergonómico, es ligero y dispone de una pantalla más parecida al formato físico.

Y es que la lectura en pantalla es un punto central a estudiar en el marco de las nuevas tecnologías para la transición de medios. Hay varios autores, entre ellos Umberto Eco, que construyen la oposición libro-pantalla sobre la base de identificar la pantalla como espacio multimedia fundado en la imagen y separado del texto como espacio del lenguaje verbal. Otros autores no están tan de acuerdo con este planteamiento dicotómico.

Donde no cabe duda, es que la publicación electrónica ofrece a las editoriales y a los usuarios una ventaja inmediata: la reducción del número de intermediarios, lo que debería tener efectos en la reducción del precio de los libros y en el aumento de beneficios y ventas para autores y editores. Como siempre, hay varias piedras en el camino. Por un lado, la falta de estándares: hay diversos formatos de publicación, normalmente atados a una plataforma predeterminada. Sería fundamental establecer unos estándares que la industria siguiera con objeto de facilitar su difusión. Por otro, la copia indiscriminada de información que a buen seguro tratarán de imponer las editoriales, con tecnología anticopia o DRM.

El libro electrónico plantea algunas oportunidades interesantes. La tendencia a combinar la lectura y escritura como una práctica indisoluble, que se propone en la web en forma indirecta a través de los formatos como los blogs. También podría ser una alternativa promocional para que escritores publiquen sin necesidad de seguir las pautas de los “circuitos marcados”, con unos costes asumibles. Todavía le tengo que dar una vuelta, pero podría ser la democratización de la edición.

Y existe una gran oportunidad de negocio para las editoriales de habla hispana, con un mercado potencial de 400 millones de lectores. El mercado electrónico del libro en español está siendo descuidado por el gran gigante Amazon. Aunque ofrece títulos en español, parece más interesada en vender otro tipo de productos que libros en ese idioma.

Me queda la duda de la aceptación por parte de los usuarios de estas plataformas para la lectura de libros electrónicos. Algunos usuarios estamos más familiarizados con las nuevas tecnologías, pero es poco probable que estos formatos atraigan al lector habitual de forma inmediata.

Por cierto, excelente reflexión de La Petite Claudine sobre el tema de la digitalización de libros en el hormiguero electrónico en “Los libros tienen lomos” .

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