Tratar a los empleados como adultos
Hemos hablado muchas veces que estamos inmersos en una transformación que reinventará las empresas. La gestión como la entendíamos está evolucionando hacia otras formas de liderar y nuevos modelos organizativos. Superando el clásico “command and control” y transformando la organización de verdad, de forma sistémica.
Durante demasiado tiempo hemos hablado de dar responsabilidad a las personas mientras las organizaciones, en paralelo, desarrollaban complejos sistemas y mecanismos para controlarlas. Durante demasiado tiempo, el empleado era “el malo de la película” y su incapacidad era la responsable del fracaso, mientras nuestra pericia como gestores era la responsable del éxito.
En esa línea transformadora, estos últimos días han aparecido varias noticias que indican que algo se está moviendo en las grandes empresas. Primero, General Electric tiene intención de cambiar su política de vacaciones y ofrecer permisos retribuidos pagados y sin necesidad de justificar al 43% de su plantilla. Hablando claro, los empleados podrán tener las vacaciones que deseen, cuándo quieran y cuánto tiempo estarán fuera del trabajo, sin explicaciones. De momento, a los niveles jerárquicos superiores pero se intuye que, si funciona, se extenderá a todo el personal. ¿Por qué dedicar tiempo a controlar las vacaciones del personal? ¿Qué sentido tiene revisar cada dato de un informe que le encargaste a una persona que supones capaz? Por supuesto, las implicaciones a nivel organizativo son enormes.
Por otro lado, Accenture suprimirá el (inútil) proceso de evaluación del desempeño y los rankings a sus 330.000 empleados y lo sustituirá por entrevistas periódicas de feedback. Otro cambio organizativo y cultural de primera magnitud hacia un modelo mucho más flexible y cercano, que elimina burocracia estúpida. Una decisión errónea que habrán pagado con miles (o millones) de horas de evaluaciones, y que han cambiado porque es mayor el coste que el beneficio de ponerlo en práctica.
Sobre esa base de libertad y la responsabilidad -menos reglas, menos políticas, disminuir burocracia y jerarquía-, proporcionar el contexto adecuado para que las personas den lo mejor de sí mismas. También son cambios con riesgos, no todas las organizaciones han tenido éxito al ponerlos en marcha o generan un “exceso de elección” que provoca el efecto contrario.
En el fondo, se trata simplemente de tratar a los empleados como adultos, de dotarles de libertad y responsabilidad en los resultados. Como dice Eugenio Moliní: “las personas participan y se comprometen si quieren. Diseña espacios para que las personas puedan elegir”. Evaluar qué ocurre cuándo eliminamos espacios de control y abrimos espacios de confianza y autonomía. Se necesita una cierta madurez para manejar tu tiempo y resultados por ti mismo, pero necesitas que alguien te permita alcanzar esa madurez. No es cuestión de edad, sino de práctica.
Créditos de la fotografía: Bruno Cordioli en Flickr.
Hola Alfonso,
el hecho de que grandes empresas den pasos en nuevas direcciones hacia facilitar el contexto en el que los empleados puedan demostrar su madurez y responsabilidad es una gran noticia.
Esa es la parte bonita, y de riesgo, tanto para la empresa (tiene que atreverse a dar ese paso y comprometerse a solventar las dificultades que ello supone) como para el empleado (¿estará a la altura?. ¿Sabrá comportarse como es necesario en ese nuevo entorno?).
Es importante ver que el reto no es sólo crear las condiciones por parte de la empresa. El reto también está en que los empleados (las personas) sean adultos para saber que esas nuevas condiciones les va a suponer una transformación también a ellos, que unos casos será de mayor intensidad y en otros de menor intensidad.
Estupendo artículo y muy buenos enlaces.
Un saludo
Hola David,
Efectivamente. Uno de los retos que tienen estas empresas que están en procesos de transformación es, precisamente, que las personas implicadas también se sientan alineadas en ese proceso transformador.
Y que cuando haya momentos de duda en el proceso -que seguro los habrá-, la organización y sus personas sepan dirigirlo de nuevo con cabeza fría, sin tener la tentación de volver atrás. Hay que saber ser paciente hasta alcanzar los resultados.
Gracias por comentar.
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