Una ciudad ilusionada e ilusionante
Zaragoza está en buena posición innovadora. Hechos que soportan esta actividad innovadora pasan ineludiblemente por las posibilidades que aportan las nuevas infraestructuras, como la línea de alta velocidad. Como decía Kenichi Ohmae hablando del fin del estado-nación: El medio ambiente, la mano de obra calificada, la cobertura y calidad de los servicios públicos, la oferta cultural y de entretenimiento, la eficiencia del transporte público, el salario asignado por las empresas, la calidad de la infraestructura de conectividad (telecomunicaciones, aeropuertos, carreteras, etc.) son proveídos por regiones y ciudades – antes que por la nación – y muchas veces determinan la localización de empresas. El estado-nación tiende a proteger sus industrias “nacionales”, sus grandes empresas y grandes razones. En vez de, por el contrario, exponer todas estas realidades y agentes a la economía global. Necesitamos la emergencia de regiones particulares que interactúen con el resto del mundo, con la economía global. Esto se ha visto favorecido por la política autonómica que tenemos en nuestro país. Con Internet y con las “redes de conocimiento” similares, esta tendencia parece irreversible. Otros ejemplos claros podrían ser no sólo Silicon Valley, sino Bangalore o Singapur, con apuestas claramente innovadoras que han atraído a las multinacionales. Ohmae lo complementa con […]