La ecuación más hermosa jamás creada

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Siempre presente su visión humanista del mundo, Julen Iturbe hace una reflexión sobre la selección de personal y sus carencias de base.

Estoy de acuerdo en que la selección hace demasiado énfasis en discriminar, cuando quizá sería mejor solución conocer la aportación que cada persona puede hacer al conjunto. También hago otra lectura,pensando en Darwin y en la selección natural: cuando los recursos son limitados, la producción de más individuos que aquellos que el medio puede sostener llevará a la lucha por la existencia. De esta lucha solo un porcentaje sobrevivirá y originará nueva descendencia. La sobredimensión de titulados explica este fenómeno. Demasiada oferta y demanda variable. Hoy en día, las empresas tienen mucho dónde elegir… y lo hacen. Echo en falta algo más en este tipo de procesos: quizá el cariz creativo de algunas preguntas. Preguntas como ¿ Cuál es la ecuación más hermosa jamás creada ? admiten un conjunto variable de respuestas. O esa prueba en que te piden que dibujes algo dentro de un rectángulo vacío, que mejore el conjunto.

¿Qué responderíais a la pregunta de la ecuación? Me quedo con la campana de Gauss que resume la distribución normal. Simplemente porque demuestra que las personas más capacitadas, que en buena lógica serán más aptas para acercarse a lo más acertado en cualquier cuestión, son muy escasas y tenemos un sistema en el que el juicio se atribuye a las mayorías.

Y es que me fascinan los procesos de selección… Quizá porque nunca pasé uno. Sólo he trabajado en una empresa (la actual). Entré como becario allá por 1998 y aquí seguimos. Mi actual jefe me hizo entonces unas pocas preguntas: ¿ Qué crees que puedes aportar a esta organización ? ¿ Te gustaría trabajar en gestión ? ¿ Qué te apasiona en la vida ? ¿ Dónde te ves dentro de 5-10 años ? ¿ Qué metas personales y profesionales te gustaría alcanzar ?

Casi todas preguntas personales, pero poco sobre aspectos técnicos. Es algo que tengo marcado. Con el tiempo, me he dado cuenta que sabía exactamente lo que buscaba. Espero que lo haya encontrado…

4 comentarios

  1. Es una pregunta cojonuda. De hecho, la práctica de utilizar puzzles, acertijos o rompecabezas en pruebas de selección no es patente de Google, sino que es muy popular en Silicon Valley y afines. Dice la leyenda que en Microsoft son adictos desde hace muchos años a utilizar este tipo de preguntas para seleccionar a los candidatos a determinados puestos y nosotros, modestamente, también los hemos empleado – con desiguales resultados – en el pasado.

    Hay un buen libro de introducción a este tema – como para casi todo. Se titula “HOW WOULD YOU MOVE THE MOUNT FUJI?” y habla de la “cultura de puzzle” de Microsoft. Lo tengo en alguna estantería, pero me da pereza levantarme en estos momentos para buscarlo, sorry. El autor, William Poundstone, tiene un libro – publicado en español por Alianza Editorial en su colección Libro de Bolsillo – titulado “El Dilema del Prisionero” que es una amena introducción a la teoría de juegos, llena de anécdotas y datos sobre sus desarrolladores, grandes temas, etc.

    En lo que se refiere a ecuaciones favoritas, tu respuesta es pero que muy buena. Por añadir, yo añadiría

    – la ley potencial – o de la larga cola, tan querida para nosotros, bloggers y=ax^k
    – en otro orden de cosas y aunque la tengamos hasta en la sopa, destacaría por su elegante simplicidad y su profundo impacto, E=mc^2
    – tal vez por deformación académica citaría también las ecuaciones de Voltka-Loterra que simulamos todos en el curso de introducción a Dinámica de Sistemas en la Facultad
    dx/dt = x(a-by)
    dy/dt = -y(g-dx)
    (ya sabéis… los zorros se comen a los conejos, etc)

  2. Pep says:

    Interesante reflexión. Y en respuesta a tu pregunta…

    Me quedo con la ecuación e^(i*Pi) = -1, expresión concreta de la fórmula de Euler que resume de manera breve la relación de algunos de los conceptos matemáticos más significativos e interesantes: el número e, base del logaritmo natural usado para la descripción de multitud de fenómenos; la constante Pi, aproximada ya por los babilonios hace más de 3.000 años; los números negativos, cuyo surgimiento cambió la comprensión del mundo y las medidas; finalmente, el número imaginario, que permitió ver más allá y fue fundamental para el desarrollo de la matemática moderna.

    Y a todo eso, una recomendación de un libro divulgativo genial para abordar este tema: “Cinco ecuaciones que cambiaron el mundo”, de Michael Guillen.

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