Juegos de seducción con el usuario

1

Entrar en el mundo de las sensaciones.

Durante el último cocktail Cadius, estuve hablando con Silvia Arcos del diseño como elemento de seducción del usuario. Ya tenía pensado hablar sobre el diseño como puerta de entrada a las sensaciones, así que la conversación sólo ha acelerado el proceso. Mi intención no es ser dogmático, sino únicamente compartir una pequeña parte de las sensaciones que se experimentan en ese proceso creativo. Silvia lo definió perfectamente:

Debate bastante interesante el de las “Armas de seducción”, nos encontramos ante algo tan evidente, que no debería ser algo novedoso a estas alturas, defendamos, pues, un proyecto, de total usabilidad como una mirada bien dirigida y penetrante, una caricia que defienda la accesibilidad universal, un beso de sabor afrutado como un buen grafismo, y asi podríamos seguir como en una noche romántica entre bailes de redes y usuarios, entrelazados…

Como se lee entre líneas en su definición, no existen técnicas cerradas. Lo bueno del arte de la seducción es combinar ingredientes hasta encontrar la fórmula exacta y la dificultad está en conseguirlo con cada usuario, en cada guiño y en cada mirada. Y del mismo modo que en el proceso de seducción, la interacción es fundamental. Tendemos a pensar disyuntivamente entre seducir y ser seducido, cuando ese juego es como el oleaje: vas y vuelves, seduces y eres seducido a partes iguales.

El camino del diseño es un viaje con posibilidades infinitas. El diseño es una expresión creativa en esencia, y la “necesidad” de hacerlo correctamente surge de nuestra total predisposición por contemplar todos los detalles, desde los más importantes (en apariencia) hasta los más insignificantes. Convertir todo cuanto experimentas en algo tangible, realizable, intrínsecamente útil. Puedes crear diseños transgresores, clásicos, experimentales o críticos, pero sólo una persona puede verificar la validez de tu diseño: el usuario. Mal necesario para algunos, es siempre la parte peor tratada del proceso de diseño. Sin embargo, nuestro objetivo debe estar claro: dar satisfacción a sus necesidades, utilizando todas las técnicas de seducción a nuestro alcance. Un susurro, una mano apoyada en el borde de la cama, una palabra evocadora, un aroma inolvidable. El diseño, para seducir, debe ser eficaz, imprevisto, generar sensaciones y provocar disfrute.

Pero la creatividad adora las restricciones. Necesitamos un mundo portátil, manipulable, accesible. Usabilidad, accesibilidad o grafismo se convierten en elementos fundamentales que estimulan esa implicación. Como diseñador, la máxima expresión se alcanza cuando percibes las conexiones: comienzas por enlazar un elemento con otro buscando causalidad, y poco a poco cada función adquiere un sentido a medida que las interacciones –finísimas, en hilos microscópicos- van tomando cuerpo y los minúsculos nexos de información adquieren relevancia. Supongo que debe ser como componer una canción: crear ritmo a través de una presencia no intrusiva, dinámica e inteligente. Dotar de vitalidad a una idea. En un momento dado, algo trasciende al borrador y la luz que te ciega la principio desaparece y con los ojos entornados, el tono sepia del improvisado se torna en colores cada vez más brillantes.

No es sólo la intuición, es el brote de sentido que surge con la emoción. Es el trabajo creativo del diseñador, quien debe conducir pero dejarse llevar. Exactamente la espontaneidad dirigida de la que hablaba Neruda. Crear, crear y crear estructuras “orgánicas”, palpables, con vida propia, que el usuario pueda entender, tocar, disfrutar, paladear, reconocer y entender.

Como diseñadores debemos comprender más diáfanamente el proceso emocional e intelectual que conduce al usuario. Y como usuarios, dejémonos seducir con pasión, y voluntad de disfrutar, como el amante que tiene el cuerpo deseado entre sus brazos por primera vez.

1 comentario

  1. SirLouen says:

    La clave de todo esto esta en saber usar el resto de nuestros sentidos que muchas veces los dejamos de lado por comodidad.

    La mayoría de los diseñadores somos de carácter muy visual, y dejamos a la intemperie otros quizá tan importantes como son el mundo del movimiento, la cinestesia, el contacto físico y los sonidos, que están siempre tan encima que nuestro apenas los percibimos :)

    Muy interesante blog.

Deja tu comentario