Modelos de aprendizaje: Y tú, ¿cómo aprendes?

Seguro que a los psicólogos o pedagogos que leáis esto no os sorprende, pero para un ingeniero esto ha resultado ciertamente clarificador. Como parte del trabajo que realizamos para un cliente, hemos añadido un aspecto muy interesante: la encuesta de perfiles de aprendizaje.

Los cuatro modos básicos de aprendizaje son: Experiencia concreta (EC), Observación reflexiva (OR), Conceptualización abstracta (CA) y Experimentación activa (EA), que se concretan en los estilos de aprendizaje planteados por Kolb: Convergente, Divergente, Asimilador y Acomodativo. Tiene todo el sentido: no todos aprendemos del mismo modo, y eso debería reflejarse las metodologías de formación. No puede ser café para todos. Esto, evidentemente, condiciona la forma de aprender. Las personas que tienen preferencia por un determinado estilo de aprendizaje se plantean una serie de cuestiones cuando se enfrentan a una actividad formativa. Tener en cuenta esto al diseñar estrategias de formación o comunicación puede determinar el éxito o fracaso de ciertas iniciativas.

Ejemplo claro: ¿qué haces cuando tienes un problema con un software? Pues hay gente que intenta resolverlo por sí mismo y otros tiran de manual de usuario. Algunos llaman directamente al Servicio Técnico sin ni siquiera pensarlo y, probablemente, otros intenten reflexionar sobre dónde por qué ha podido producirse el problema. Distintas formas de actuar frente al mismo problema.

Esa misma premisa puede aplicarse a la innovación: hay innovadores conceptuales y experimentales. Algunos son más facilitadores de la innovación, mientras que otros son más ejecutores:

Conceptual innovators, it seems, get their Big Ideas out early, many peaking out before they leave their 30’s. They can change an industry (sometimes the world) almost overnight. Experimental innovators are those who quietly crunch along, doing creative trial and error but staying largely under the radar until much later, often having no visibility until their 50’s or beyond.

Podemos imaginarnos un futuro en que cada empleado no batallará contra sus inclinaciones al plantear problemas, analizar información, escoger un método o un procedimiento de trabajo. Por el contrario, desarrollaremos trabajos acordes con nuestra orientación cognitiva. Siempre hay una oportunidad para aportar al conjunto.

Créditos de la fotografía: Tela Chhe en Flickr (bajo licencia Creative Commons)