El discreto encanto de los premios empresariales

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Últimamente, llega información de muchas empresas que anuncian sus logros en términos de premios y rankings empresariales. Premios a empresas del año, a empresas socialmente responsables, a la excelencia, emprendedores, etc.

Debe ser que el complicado arte de vender es hoy más complicado que nunca, y hay que utilizar toda la artillería disponible de autobombo. Existe una tendencia creciente de las marcas a buscar notoriedad, también en las redes sociales. Por supuesto, cada cual puede hacer lo que considere necesario para potenciar su marca, aunque tengo mis reservas sobre la autenticidad de los premios empresariales para conseguir ese objetivo.

Desde un punto de vista de empresa, cada vez veo menos claro el beneficio que puede obtenerse de una distinción empresarial. En primer lugar, porque la gran proliferación de premios y rankings les hace perder impacto. Tienes la sensación que todo el mundo tiene su premio, aunque no sea así. Pero también porque me planteo si ganar un premio empresarial (o estar bien situado en un ranking) aumenta significativamente la credibilidad frente a tus clientes o el posicionamiento frente a tus competidores. Complicada cuestión, porque es bastante probable que sea totalmente irrelevante para tu cliente o resulte poco “creíble”. Claro, para ser creíbles, nuestro comportamiento debe ser coherente con ese discurso. El arma de las expectativas siempre ha tenido doble filo y puede resultar peligrosa. ¿A qué precio estamos dispuestos a correr ese riesgo en la búsqueda de la atención?

Segundo, se suelen encontrar demasiados puntos opacos que apuntan a que el objetivo es engordar currículum, es decir, la “compra” de esa credibilidad. Preguntas como quién otorga cada premio y cómo se financia, cómo se seleccionan los participantes y qué información se les solicita, quién verifica esos datos en profundidad y, por tanto, cuál es el proceso de elección de los ganadores y finalistas. Incluso algo tan obvio como por qué, en demasiadas ocasiones, las empresas participantes financian directa o indirectamente el premio o son miembros de la institución otorgante.

La clave no debería ser cuánta atención eres capaz de generar sino, sobre todo, de retener de forma consistente. Por tanto, si lo que buscas es aumentar la relevancia o mejorar la credibilidad de tu empresa, hay otras estrategias que, a la larga, estoy convencido que reportan mejores resultados. Un vía puede ser poner en valor tu portafolio de proyectos realizados.
Ojo, no hablo sólo de artefactos de marketing tipo “caso de éxito”. Me gusta más la idea de casos de uso que enseñen quién compra/recomienda tus productos y servicios (lo que Yoriento llamaba “tus inversores” en su presentación en EBE 2012 hablando de Empleo 2.0) y demuestra cómo has dado respuesta a sus necesidades. Soluciones personalizadas a problemas concretos y qué resultados se han conseguido, sin caer en el marketing “facilón”.

Otra estrategia válida es compartir tu proceso de trabajo, como medio para demostrar tu valor: cómo gestionas tus proyectos, cómo estableces objetivos y prioridades, cómo proporcionas un entorno para que las personas puedan trabajar a gusto y realizarse, cómo abordarás los retos que se presenten, cómo conseguirás que tu relación con el proyecto y el cliente se convierta en algo personal y único, cuáles son tus valores, etc.

Dicen que la mejor publicidad es la que no se paga, pero conseguir una buena publicidad gratuita es complicado. Parafraseando a Arancha Ruiz, sé coherente con lo que ofreces y con los objetivos que quieres alcanzar. Todo lo demás, como en la película de Buñuel, son intentos frustrados de parecer lo que no somos.

(La foto de esta entrada es de Naaman Saar Stavy en Flickr)

5 comentarios

  1. Totalmente de acuerdo, Alfonso.
    A mí en el curso de los años me han ofrecido varias veces presentarme a alguno de estos premios, en algunos casos de una manera muy honesta y seria (por ejemplo, los premios al mejor proveedor del año del grupo Iberdrola), y en otros casos pidiendo sin ninguna vergüenza una “aportación económica” para “compensar gastos de promoción”.
    Lo mismo te diría de reportajes en medios de comunicación donde te expresan un enorme interés por entrevistarte y conocer sobre tu empresa, y luego te piden un “pequeño importe” para cubrir “gastos de producción”.

    • Alfonso Romay says:

      Soy bastante crítico con los premios, aunque estoy convencido que habrá premios “legales”. Me gustaría pensar que siempre se premia a los mejores (y no solamente a los que hacen una aportación económica) pero tengo dudas.

      Pero, sobre todo, porque muchas empresas se apoyan en estos artificios para su promoción y creo que es una estrategia errónea, salvo que el prestigio del premio sea relevante.

  2. Hola Alfonso.
    La credibilidad es algo que se gana con los años, siendo íntegro y coherente de manera sostenida en el tiempo. Y esto es algo que creo que se logra día a día, con cada acción, con cada comunicación, con cada gesto.
    Sin duda creo que es la mejor forma de que esto lo perciban los clientes y no mediante un premio otorgado.

    Un saludo.

    • Alfonso Romay says:

      Totalmente de acuerdo. La credibilidad es algo que se gana con coherencia y dedicación, no hay atajos.
      Igual que en las redes sociales :-)

  3. Folks says:

    A lo mejor lo de los premios en algunos círculos tiene importancia porque miden el apoyo institucional y el número de amigos en administraciones públicas, patronatos y fundaciones de grandes empresas.

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