Una idea interesante: Leader Summaries

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Me he encontrado con Leader Summaries, una página dedicada a la publicación de resúmenes de una selección de los libros de negocios publicados a nivel internacional. Funcionan bajo suscripción, enviando a los suscriptores un resumen semanal de un libro de su biblioteca. Cada resumen sintetiza en 6-7 páginas las ideas esenciales del libro. Además, sugieren proponer libros para su introducción en la biblioteca, pudiendo consultar también los resúmenes anteriores. Los costes de suscripción anual son de 150 euros, que me parece muy razonable. De momento, he descargado los dos resúmenes de muestra y no tienen mala pinta. Trabajan con grandes editoriales como Harvard Business School Press o MIT Press.

Me parece un modelo de negocio interesante, desde varios puntos de vista:

  • Ahorro de tiempo: visto el escaso tiempo que tenemos para estar al día de los temas que nos interesan, en media hora puedes extraer las ideas fundamentales y luego, si te interesa y quieres profundizar, compras el libro.
  • Ahorro en dinero: muchas veces (yo al menos) compras libros guiándote por el resumen de la contraportada o el índice y basando tu elección más en la intuición que en el contenido. Luego, a veces aciertas y otras veces no tanto (esto se minimiza con la blogosfera, claro)
  • Acceso a libros por temáticas: puedes segmentar la información en función de las categorías que más te interesen e incluso descubrir libros o acceder a aquellos que no estén publicados en castellano.

Sin embargo, a este modelo le veo dos “peros”. El primero es que un resumen semanal me parece poco, aunque entiendo que no tendrán a un ejército de lectores. El segundo es que los resúmenes los envían en PDF, con lo que son fácilmente distribuibles a otras personas, de modo que no sé hasta que punto la mala intención falta de escrúpulos de la gente puede acabar con este negocio. Pero como modelo de servicio a un público objetivo determinado, me parece novedoso. Y no sólo para usuarios individuales, sino como base de una guía de recursos para el desarrollo dentro de las organizaciones.

La innovación se democratiza

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Me he indignado bastante leyendo un artículo de opinión de X. Ruvert de Ventós, que también comenta Juan Freire. Defiende que casi todo nuestro tiempo estamos dedicados a actividades rutinarias y argumenta que es precisamente sobre ellas donde reside la base de nuestro bienestar. Pero, para ello critica la creatividad y la innovación por su falta de “progresismo” (en el sentido clásico, hoy caduco). Y todo esto lo hace con una serie de argumentos fáciles, sencillos. Comenta el autor:

El culto a la novedad y la invención, el anatema a lo repetitivo o rutinario, todo esto fue en su día monopolio del progresismo y la vanguardia. Hoy han cambiado las tornas y se ha transformado en el saber convencional de ejecutivos, publicistas, jefes de venta o políticos inspirados que hablan “con visión de futuro”. (…) Y si la razón no ha de hacer la ley a las cosas, menos todavía ha de hacerla esa creatividad programática y de encargo que han dado en llamar “inteligencia emocional” y que está mezclando salsa rosa con el negocio y el negocio con salsa rosa.

¿Pero hay algo menos creativo (y más contradictorio) que predicar la creatividad? Sí, creo que no tenerla o pensar que su evidencia es contradictoria. Esa actitud me parece retrógrada en cierto modo, porque eso es precisamente lo que este blog pretende. Cualquier iniciativa de fomento de la creatividad y la innovación es inherentemente progreso, sin cortapisas. ¿ Qué tiene que ver el estudio de las emociones en nuestro éxito profesional con la creatividad programática? Es mezclar churras con merinas. Precisamente si esta disciplina fuera programática, obtendríamos sin esfuerzo buenos líderes, competentes y cualificados a nivel personal y técnico. Y todos sabemos que eso escasea, precisamente por la dificultad de su desarrollo, lejos de la programática.

Además, lamenta el encorsetamiento de la creatividad al ser “oficializada” por los poderes políticos y económicos. No puede estar más en desacuerdo. Eric von Hippel lo explica claramente en su libro “Democratizing Innovation”. La innovación se “democratiza” porque cada vez más usuarios – individuos u organizaciones – son capaces de innovar por y para sí mismos. Las necesidades son cada vez más heterogéneas, lo que hace que los usuarios innoven muy por delante del mercado: son más ágiles los procesos de innovación liderados por el usuario, que aquellos que llevan a cabo la industria por sí misma.

Un nuevo concepto de innovación abierta y distribuida, donde la pasión de los usuarios es el motor. Pura creatividad.

¿Sobrevaloramos la formación de las escuelas de negocio?

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Este tema fue el hilo de una conversación el pasado domingo con una amiga que está estudiando un MBA. Hablábamos del tamiz que debes poner a todo lo que aprendes y del ámbito de aplicación de esos conocimientos, ya que me manifestaba que, en su sector, no es fácil aplicar algunos. Y comentamos las expectativas de algunos, que creen que completar el MBA les permitirá acceder a la función directiva sin problemas.

Esto comentaba estratega hablando del libro “La mente del estratega” de Kenichi Ohmae:

“Tal vez no cuentan con un grupo de planificación estratégica, pero tienen un gran estratega de talento natural (…) estos estrategas excepcionales carecen de educación de negocios formal (…) pero tienen un conocimiento intuitivo de lo que son los elementos básicos de la estrategia. En su idiosincrasia particular, la compañía, los clientes y la competencia se conjuga en una interacción dinámica que cristaliza en un conjunto de objetivos y planes de acción.

La clave de esos procesos es su perspicacia y agudeza. Debido a que son creativos, en parte intuitivos y a menudo contrarios al status quo, los planes resultantes podrían, desde el punto de vista del analista, carecer de validez (…) Tanto en Japón como en occidente, esa raza de estrategas naturales e instintivos está en proceso de extinción, o por lo menos está siendo desplazada por planificadores estratégicos o financieros, racionales y metódicos.”

Una tesis en la linea de lo que plantea Mintzberg en “Directivos, no MBAs” (hablamos aquí de sus teorías). Primero, la tentativa de las escuelas de negocio en convertir la gestión en una ciencia que puede dañar la propia disciplina de la gestión. Segundo, la falta de aplicabilidad, ya que muchos MBA son gente muy joven (incluso en algunos casos recién titulados) sin apenas experiencia de gestión y dirección. A mi juicio, hay un tercer motivo relevante y es el aumento espectacular de la oferta (y demanda) de este tipo de estudios. Y más en España, donde ya no te distingues por completar una educación superior y debes aportar algo más.

Mintzberg plantea que la educación de estas escuelas debería estar menos centrada en la educación de gestión y más enfocada en facilitar que los managers aprendan de su propia experiencia. Los MBA son programas de formación especializada en distintas áreas funcionales, pero no programas de formación general sobre la práctica directiva (como debería ser). Como bien decía mi amiga: de un MBA sale gente más preparada, pero no directivos ni empresarios. Esas competencias no te las enseña ningún master: es tu propia experiencia la que te aporta. Pretender crear directivos de gente que no ha dirigido es, cuando menos, una temeridad.

Créditos de la fotografía: Wonderlane en Flickr (bajo licencia Creative Commons)

Pasión por tu trabajo

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Curioseando un poco, llegué a  “Haz aquello que amas”, que referencia a un artículo de Paul Graham donde se describe la importancia de trabajar en aquello que amamos y los obstáculos que enfrentamos para lograrlo. Me ha interesado porque creo firmemente en que la pasión es un factor diferencial, aunque no sea sencillo tener la suerte de encontrar un trabajo que te satisfaga completamente.

Se nos educa con la creencia que el trabajo es la antítesis del ocio, del disfrute. Y no tiene por qué ser así. Como comentaba ayer en el artículo sobre Guy Kawasaki: “Busca disfrutar, no la felicidad”. Si disfrutas en cada cosa que haces, es mucho más fácil motivarse. Desde un punto de vista profesional, la motivación es el mejor arma de que disponemos para mantener los niveles de productividad. Y eso no pasa únicamente por nuestra capacidad de automotivación, sino también porque nuestros entorno, nuestros jefes y el propio trabajo fomente esa motivación (lo cual no siempre es posible, claro). Las circunstancias son adversas en muchas ocasiones.

Cómo decía García Márquez: “He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada”. Hay que disfrutar del proceso, no sólo de la consecución del objetivo… Realmente es un lujo trabajar en aquello que te motiva, con lo que disfrutas y que te gusta.

Gurús anglosajones y modas de gestión

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Los que leéis este blog ya sabéis que trabajo en una consultora pequeña, que se dedica a la implantación de un sistema de gestión, abarcando desde la gestión de Recursos Humanos a la estrategia, pasando por modelos de negocio y de gestión, indicadores y cuadros de mando, procesos o mejora continua a través de modelos como EFQM.

A pesar de hablar de gestión, no he utilizado ningún anglicismo y casi ninguna sigla. Pues bien: algo que me sorprende es que parece que algunos clientes (potenciales) están esperando oir esa palabra mágica: Management, Leadership, Balanced Scorecard (BSC), Business Intelligence (BI), Gestión del conocimiento (KM), Inteligencia Emocional (EI), RSC (Julen Iturbe habló sobre ello), EFQM, Six Sigma, Lean, Investor In People (IIP), Value String Mapping (VSM), etc. Alguna (o la combinación de varias de ellas) que piense que aportará lo que a su organización le falta. Precisamente, eso es lo primero que hace falta: organización. Organizar. Y ya hablaremos de modelos de gestión. “Solvitur ambulando” (Lo resolveremos mientras vayamos andando), como decía Séneca.

Esto me recuerda a un libro que he ido leyendo (sin acabarlo todavía): “Gurús anglosajones: verdades y mentiras” de Brad Jackson. Valora las modas de gestión, ofreciendo perspectivas críticas con el fenómeno de los gurús. Muchos de nosotros compramos libros de “management”, quizá incluso por encima de nuestras posibilidades de poder concretar y asumir toda la filosofía que hay detrás de cada uno de ellos. Analiza el interés por los gurús de gestión empresarial y su sorpresa ante el éxito de estos conferenciantes, con fuerte repercusión mediática y a precios prohibitivos. Basta que en la conferencia se introduzcan adecuadamente clichés para garantizar una audiencia masiva. Sin embargo, critica que la mayor parte de estas teorías están alejadas del mundo real y no suelen conseguir los resultados que pretenden. Auténticos cardenales del management.

En el fondo, estoy de acuerdo con sus planteamientos. Estamos bastante mediatizados por este tipo de libros.
Aunque, bien mirado, éste no deja de ser otro gurú que lo que desea es vender sus libros y dar conferencias.