Algunas reflexiones sobre el futuro

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Futuro

Decía el escritor norirlandés Clive Staples Lewis en “The Screwtape Letters” (1942) que “el futuro es algo que alcanzas a un ritmo de sesenta minutos por hora, hagas lo que hagas y seas quien seas”. Esta frase resume bien por qué no me gusta hacer predicciones de futuro: es demasiado fácil fallar, y acertar sirve de poco. Sin embargo, casualidades de la vida, he acabado escribiendo en dos sitios diferentes sobre tendencias de futuro, con pocos días de diferencia.

En primer lugar, hablé de organizaciones guiadas por el diseño como tendencia. El diseño va perdiendo su pura esencia estética, para convertirse en un elemento transformador y catalizador de cambio. Como disciplina, el diseño se acerca más a la antropología que la física. Los seres humanos somos irracionales, impredecibles, emocionales y desordenados. No funcionan las aproximaciones matemáticas.

Curiosamente, el negocio tradicional se aferra a ciencias “exactas” para resolver sus problemas: estudios de mercado, estimaciones que dan excesiva importancia a planificar, indicadores cuantitativos… En un entorno predecible, este enfoque suele funcionar. Pero nos movemos en un entorno que es cualquier cosa menos predecible. El diseño ofrece una alternativa: comprender a las personas en su contexto y buscar una aproximación hacia una empatía genuina. Al injertar los métodos y principios de diseño en el ADN de la organización, lo cualitativo gana peso específico. Ahí la investigación, las pruebas con usuarios y la iteración continua son las herramientas para explorar la validez de las decisiones.

Por otro lado, en mi nuevo estatus de Nostradamus de pacotilla, Raúl Hernández me ha hecho una entrevista para su serie sobre profesionales independientes y el futuro del trabajo. Como lector habitual de su blog, me parece buena idea conocer de primera mano las vivencias y reflexiones de otros profesionales y poder contrastarlas con las mías. Como he comentado en otras ocasiones, quienes trabajamos de este modo tenemos el inconveniente de la evidente falta de referencia en muchos momentos.

Hicimos un repaso de mis tres años de experiencia como profesional independiente, y las dificultades diarias en este tipo de trabajo, inestable y flexible a partes iguales.
Os dejo algunas ideas de la entrevista, aunque os recomiendo leerla entera:

  • El trabajo del profesional independiente es un trabajo de confianza, me he convertido en un especialista en sacar mucho partido a mis pocos recursos.
  • Para convertirte en profesional independiente es conveniente tener visión de negocio y conocerte bien. Y, por supuesto, tener claras tus líneas rojas.
  • Las habilidades necesarias para afrontar esta inestabilidad continua pasan, en mi opinión, por una combinación de mejor preparación y mayor capacidad de adaptación.
  • Entender el contexto (macro y micro) te ayuda a desenvolverte más eficazmente. Hay que dedicar tiempo a pensar, observar, leer, preguntar y aprender. Y, sobre todo, evitar dar las cosas por sentadas.

Y, finalmente, desempolvamos la bola de cristal para tratar de predecir cómo evolucionará el entorno laboral y qué rol jugarán los profesionales independientes en ese futuro. Me da la sensación que ha quedado una entrevista bastante apañada, espero que les guste.

Créditos de la fotografía: Dragan Brankovic (bajo licencia Creative Commons en Flickr)

1 comentario

  1. Alfonso: desde la óptica del concepto de diseño, algo con lo que convivo diariamente, creo que lo más acertado es poder interpretar lo que puede suceder o al menos tratar de que puedan suceder comportamientos deseados.
    Creo que el futuro se construye de esos pequeños comportamientos cotidianos… como bien dices, en esas habilidades que vamos desarrollando día a día…
    Abrazotes

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